Saltar al contenido

Usar macetas para decorar salón según su estilo

Tu salón puede tener estilos de decoración muy variados, de manera que cuando coloques unas plantas lo mejor que puedes hacer es escoger macetas para decorar el salón, las cuales se integren a la perfección con el estilo y no destaquen.

La idea es que la planta y la maceta sean un elemento más que aporten calidez, poner un poco de naturaleza en el interior y una pizca de alegría sin que tus invitados se pregunten qué hace esa maceta ahí.

Elige las macetas de interior perfectas para decorar tu salón

A la hora de decorar tu salón hay varios estilos que podemos decir que son “predefinidos” y en los que todos nos inspiramos cuanto tenemos que decorar el nuestro.

Para cada estilo hay unas macetas que son más apropiadas que otras, así que te vamos a decir cuáles son las que deberías elegir siguiendo nuestro criterio.

1. Estilo minimalista

El estilo minimalista es uno de los más actuales y se caracteriza por poner una decoración que no llama la atención y bastante escueta.

Suelen predominar los colores sólidos y claros, por lo que tienes que buscar macetas de interior modernas. Aquí no te interesa poner maceteros de salón, muy recargados, sino macetas de colores sólidos, claros y de materiales cerámicos.

2. Estilo nórdico

Los salones nórdicos se parecen un poco a los minimalistas, por lo que puedes decantarte por macetas modernas de interior, de colores pastel, claros y sobre todo por las macetas blancas o grises.

El material de la maceta puede ser cerámico esmaltado, pero aquí conviene que introduzcas la madera, pues en el estilo nórdico se usa mucho este material debido a que tienen una gran cantidad de bosques.

La madera la puedes usar en el pie del macetero que puede ser de madera de color natural, sin tratar.

Otra opción son los pies metálicos muy simples de color negro con la estructura mínima para poder sujetar la maceta.

3. Estilo clásico

Un salón de estilo clásico te da muchas posibilidades a la hora de elegir una maceta. De hecho, aquí ya caben las macetas decorativas e incluso los maceteros decorativos de interior, un tipo de contenedor para plantas que es imposible ver en los estilos anteriores.

Podemos usar macetas colgantes de fibras naturales, macetas individuales del mismo material en el suelo, en un pie de forja o las clásicas macetas de terracota lisas, aunque en el salón es mejor comprar una de estilo clásico de las que imitan las ánforas de época griega y romana.

En cuanto a los maceteros, uno de los que mejor quedan en un salón clásico son los de forja de varias alturas, se pueden poner en las esquinas, aunque los de madera no desentonan nada y son adecuados para este estilo decorativo.

4. Estilo provenzal

Los salones provenzales se caracterizan por usar materiales naturales en la decoración entre los que predomina la madera y la piedra.

De esta manera puedes elegir macetas decorativas de piedra y maceteros de salón de madera, ya que parece que un macetero de piedra es demasiado “masivo” para el interior.

Si el salón no es muy grande se pueden optar por macetas de pared que imitan a la piedra, en las que se pueden colocar plantas aromáticas tan características de la Provenza.

Aunque quizá no sean las macetas más idóneas para estos salones, lo cierto es que también te puedes comprar macetas metálicas con decoración en su exterior, con tonos morados que recuerden a la lavanda.

5. Estilo industrial

La decoración industrial destaca por el uso de materiales como el hormigón o el cemento, de manera que deberías escoger macetas para decorar el salón hechas con esos elementos.

Se pueden encontrar macetas de cemento, de hormigón es más complicado, tanto lisas como decoradas con texturas, para que compres la que más se adapte a tu salón y a tus gustos.

Una maceta hecha con cemento puede ser muy pesada, por lo que una opción es buscarlas de imitación al cemento y comprarla si está bien conseguida.

Para los pies, si no quieres colocar las macetas en el pavimento, puedes elegir el metal un material que se usa en este estilo. En esta ocasión siempre hay que priorizar el metal desnudo e incluso oxidado o con pequeñas marcas de óxido, como si estuviese en una fábrica.